Querría recordarte que tus compis de patas y pelos/plumas están acostumbrados a no hacer nada durante todas las horas en las cuales tú vas a trabajar. Entre horario de oficina o del trabajo que sea, desplazamiento y buscar para aparcar, ¿cuánto tiempo estás fuera de casa? 9-10 horas? ¿Alguna vez has puesto una cámara en casa para ver qué hacen tus compis durante ese tiempo? Si tienes suerte de no tener un peludo motivado por romper todo, seguramente tus compis estén la mayor parte del tiempo durmiendo, esperando a que vuelvas…
El solo hecho de que ahora estés todo el día en casa, para ellos ya es una distracción brutal: te observan comer, te acompañan al baño, duermen cerca de ti, ven la tele (o la soportan) contigo, te roban los calcetines, se meten bajo tu silla, te traen sus juguetes, recogen las migas de tu comida, huelen olores que no suele haber en casa todos los días (velas, comida, elementos de limpieza, tu olor corporal de varios días en pijama… 😉 ). Toda esta actividad las 24 horas del día, a lo que se agregan los tres paseos de 10 minutos permitidos. Ya de por si, estarán mucho más tiempo activos y despiertos que cuando no estás.
Y tú, que te has sentido culpable por haberlos dejado solos tanto tiempo y cada día, para ir a trabajar, quieres recuperar el tiempo perdido y buscas información sobre cosas para hacer con tu perro. Y encuentras un aluvión de actividades, que no te dará la vida para hacerlas…
Esto me hace acordar a los consejos que te dan para mantener una buena salud (beber dos litros de agua, cepillarte los dientes cada vez que comes, hacer estiramientos por la mañana, comer cinco piezas de fruta cada día, y otros mil consejos más…). Si sacas la cuenta de la cantidad de horas que deberías invertir en tu día para hacer todo lo que te aconsejan, te darás cuenta que necesitarás días de 36 horas. Lo mismo ocurre con nuestros compis.
Si te motivas y decides hacer cuánto más mejor para olvidarte de la culpa, cuando acabes con la gymkana de olfato, la coreografía de dog dancing, la práctica de propiocepción, los juegos de inteligencia y activación mental, los ejercicios de obediencia básica, las habilidades caninas, y otras cosillas que hay por allí, tanto tu perro como tú quedaréis agotados y frustrados. Con esto no quiero desmerecer lo que te están proponiendo mis compañeros en las redes, porque todo es maravilloso, necesario y enriquecedor, pero siempre que lo hagamos con sentido común.