Qué hago cuando mi cachorro tiene miedo?
En ocasiones las familias se sorprenden al ver que su cachorro, cuando era pequeño, no tenía miedo a nada, y un par de meses después, comienza a mostrarse temeroso con todo o con mucho de lo que le rodea. Esto es un motivo frecuente de consulta, y llevar bien esta época es fundamental para el desarrollo de la seguridad en el cachorro.
Dependiendo de la raza, aproximadamente a las tres semanas, cuando el cachorro comienza a utilizar los ojos y los oídos, y también hay un inicio de locomoción (es decir, ya puede, aunque con dificultad, sostenerse torpemente con sus patas e intentar caminar), comienzan dos procesos fundamentales en el desarrollo del individuo: por un lado, se inicia el segundo período sensible de socialización, y por el otro, comienza el proceso de maduración de las estructuras neurofisiológicas (el 80% de las estructuras neuronales se forman a partir de los 2 meses de edad) que serán las protagonistas del miedo. De hecho, el periodo sensible de socialización acaba cuando se concreta la maduración neuronal que se asociará al miedo.
El miedo es una emoción primaria inconsciente y, como todas las emociones, ejerce una gran influencia sobre el comportamiento de tu perro, ya que provoca respuestas en el sistema nervioso que, a su vez, produce conductas que podemos ver y asociar con una emoción. Estas emociones complejas pueden variar en intensidad, de más leves a más intensas.

Cuando un perro se encuentra algo desconocido, realiza una evaluación previa del entorno, lo que significa que presta atención a lo que lo rodea; esto lleva a un estado de alerta intenso cuando se presenta una situación que es significativa para el cachorro. Posteriormente, el perro evalúa y determina si la situación presente es negativa o positiva; si el resultado de su evaluación es negativo, el organismo se prepara para evitarla o huir de esa situación; por el contrario, si es positivo, se activarán comportamientos de acercamiento e investigación.
En ocasiones, verás en tu cachorro una actitud de “quiero y no puedo”, es decir, quiere acercarse a algo que lo atemoriza, pero al mismo tiempo se aleja. Esto se llama conflicto de aproximación/evitación, y es importante que no obligues a tu cachorro a acercarse hasta que no esté preparado para hacerlo. Sí puedes estimularlo, alentarlo, ayudarlo con juegos, juguetes, comida…, pero nunca forzarlo, obligarlo o tirar de él para que se acerque a lo que le da miedo.
Ante algo que le da miedo, tu cachorro no puede pensar. No le sirve que le digas que está todo bien y que nada malo ocurrirá. El miedo genera respuestas emocionales que no pueden procesarse racionalmente y que generan un alto grado de estrés. Durante el miedo se activan mecanismos del cuerpo y la mente para la respuesta de emergencia del cuerpo y se provoca un desequilibrio químico en el cerebro.
Este proceso es extremadamente rápido para activar el organismo y poner en marcha la huida o la lucha, según la situación. En una fracción de segundo, se libera adrenalina y cortisol (y otros compuestos) al torrente sanguíneo, que producen cambios en el metabolismo: aumentan los latidos del corazón, incrementa la función de los pulmones, lleva la sangre a las extremidades, etc.
Es decir, si llevas a tu cachorro al parque y hacen explotar un petardo (sonido que tu cachorro no conoce) demasiado cerca, la reacción de tu perro (y de la mayoría) será huir de ese entorno; esto ocurre mucho en los parques y los perros suelen perderse en la ciudad al salir huyendo. Por otro lado, si llevas a tu cachorro al pipi-can y varios perros lo persiguen y lo acorralan, verás que tu cachorro comienza a luchar (muestra los dientes, grita, tira bocados…) porque no tiene opción de huir; en el parque de perros, si tu cachorro tiene miedo, debes sacarlo de esa situación y darle apoyo físico. Estas conductas instintivas de huida o lucha son instintivas y necesarias para sobrevivir.
Una situación puntual puede producir miedo en tu cachorro, y esto es normal. Pero existen perros que sufren el miedo de forma habitual. El miedo puede estar presente en tu cachorro por varios motivos, como verás en el cuadro a continuación:

En situaciones de miedo de nuestros cachorros, no solemos saber muy bien cómo reaccionar. Esto dependerá de la edad del cachorro, de los aprendizajes previos, de la situación que le de miedo, del entorno en donde esté… Es decir, dar pautas acertadas para situaciones que pueden ser muy diversas (presencia de perros, sonidos fuertes, sonido de tránsito, niños jugando, fiestas en el pueblo…) es casi imposible, porque cada una debe ser analizada de forma individual para controlar el entorno y hacer que el aprendizaje de tu cachorro sea progresivo.
Sin embargo, para ayudar a tu perro en momentos en los que el miedo se apodera de él, te daré unas indicaciones sobre qué hacer y qué no hacer, generalmente asociadas a errores comunes que solemos cometer.
LO QUE NO DEBES HACER
– Forzarlo u obligarlo a acercarse a aquello que le da miedo
– Retenerlo en brazos o con la correa corta, evitando que pueda distanciarse.
– Permanecer en ese sitio, aunque tenga miedo.
– Permitir que perros/personas/otros se acerquen a tu cachorro.
– Gritar o hablar: no entiende lo que le dices.
– Enfadarte, reñirle, chistarle.
– Ignorarlo, abandonarlo, reírte de la situación.
– Dejar “que se apañe solo”.
– Darle órdenes como “sienta”, “quieto”, “tumba”.
– Sobreprotegerlo: no permitirle ningún contacto con nada.
LO QUE SÍ DEBES HACER
– Centrarte en realizar una socialización correcta y adecuada con todo tipo de estímulos.
– Favorecer experiencias de aprendizaje controladas por ti.
– Evitar situaciones que lo asusten, mientras trabajas sus miedos gradualmente.
– Llevarlo siempre con correa larga y permitirle que coja distancia de lo que teme.
– Darle tiempo para que pueda aprender a gestionar su miedo.
– Respetar su ritmo de aprendizaje y su capacidad de gestión emocional.
– Si la situación lo supera, sácalo de allí inmediatamente.
– Si busca tu apoyo entre tus piernas o saltando para que lo cojas, tócalo, abrázalo o cógelo en brazos. Esto generará confianza en ti.
– Anímalo, acompáñalo, ayúdalo sin forzar, felicítalo por cada logro aunque sea minúsculo.
– Si quiere irse, vete con él; alejarse un poco ayuda a lidiar con el miedo.
– Utiliza comida, juegos y juguetes para que se distraiga y no se focalice en lo que le da miedo (según la intensidad del miedo y la personalidad de tu perro, puede funcionar o no).
– Si no logras controlar el miedo y éste va a más, contacta con un profesional, no lo dejes estar. Los problemas de conducta no se solucionan solos o cuando el perro se haga mayor…
El miedo es una emoción paralizante para cualquier ser vivo. No dejes que tu cachorro viva inmerso en el miedo…
«Si hay una verdad universal relativa a todo comportamiento relacionado con el miedo, tanto en personas como en perros, es que el castigo no es buena manera de solucionarlo».
Patricia B. McConnell, en su libro «Por el amor de un perro«,

Alejandra Gomes d'Amaral
“¿Tú qué quieres hacer de tu vida? Yo quiero entender, sentir, cuidar y vivir con los animales.”
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